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6/5/13

Are you afraid?

Miedo. Miedo. Miedo... Es eso, solo eso... Negación. Se cierran las puertas. Se guardan las malditas cajas en el desván. Miedo Miedo. Miedo... Dolor... Arrepentimiento. Culpa. Culpa. Culpa. Conciencia. Subconsciente masoquista. Te muerde. Te hiere... No lo he superado. Llevo casi un mes escondida. Se me ha hecho eterno. Casi un mes enterrando sentimientos. Sepultándolos bajo una capa de indiferencia dañina. Pero parece que con el buen tiempo se evapora la indiferencia que tanto me ha costado conseguir, se derrite. Mal Mal. Mal. Sin enfrentarme a los hechos. Seguir creyendo que nada ha pasado. Así no duele...Tanto. Evadiendo el tema cuando surge en las conversaciones. Escondida bajo las sábanas de la ignorancia y el miedo.
Y mi subconsciente, valiente hijo de puta, me tortura por las noches, lanzándome indirectas, dardos envenenados en los sueños que me toca recordar cada mañana al despertar. Trata de hacer que me enfrente a mis miedos, quiere que tome las riendas de nuevo y que de una vez deje descansar a mi conciencia.
No puedes esconderte más-dice- Enfréntalo. Esto es la vida. En la vida hay muertes. Saca los recuerdos y desahógate de una vez. Que las lágrimas salgan, que el fuego se propague, arrase con todo y purifique tu alma.
Pero yo no puedo, soy débil, aunque no me crean, huyo del dolor, como un pobre animal asustado huye del cazador... Huyo de la pena, de los recuerdos felices que ya pasados, hacen daño. Miedo. Miedo. Miedo... Todo se resume a eso.
Los remordimientos no nos dejan vivir tranquilos, estado de descontrol de la mente. Conciencia, vocecilla intermitente que se cree dueña de toda tu identidad.
Somos unos inconscientes, pequeños y estúpidos cobardes.
Aquí tienes lo que pasa cuando tratas de olvidar la realidad, de evadirla porque duele, inútil, nunca consigues aislarte lo suficiente, no eres capaz de esconderte lo bastante bien... Te encuentra... No ganas... Eso nunca pasa... Es tu propio subconsciente el que te delata, te trae de vuelta, te obliga a plantarle cara al mundo. Te arroja a un combate de gladiadores y no te da armas. ¡Enfréntate a ellos! - Grita... Iluso, idiota... Estoy perdida, una vez más, no encuentro el camino de vuelta a casa.
Corro. Huyo. Grito. Lloro en silencio.
Miedo. Miedo. Miedo...

Se acabó el tiempo de valientes, de fuerza.

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Primero, miiil gracias por pasarte por mi blog y seguirme, en serio :)
    Y bueno, me he leído las tres últimas entradas y qué decirte, me encanta la forma tan directa de expresarte y me identifico mucho con lo que dices, yo también me escondo para no enfrentarme a la realidad, tal vez así duele menos, pero la verdad, al final debes acabar luchando contra el mundo si no quieres que el pasado te absorba, porque el pasado es eso, una esponja que cuando la estrujas saca todos los recuerdos a la vez y te ahogas en ella...
    ¡Un beso muy muy muuuy grande! ¡Te sigo! <3

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  2. Qué texto tan maravilloso, me ha encantado. Yo suelo hacer lo mismo, evitar aquello que no quiero afrontar, pero al final lo que toca es ponerse cara a cara con ese miedo.
    Muchísimas gracias por pasarte por mi blog y seguirme, yo ya te sigo.

    Muchos besos,
    Ana.

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