El acompañante perfecto para los domingos tristes. Perfecto para tomar a cualquier hora del día, según la situación lo requiera. Si se toma frío en los días más calurosos te devuelve la vida. Pero mejor aún es que si lo tomas caliente te impregna el alma. Te recorre todo el cuerpo calentando cada fibra sensible. Como el café. Algo indispensable en mi vida.
Una especie de droga que aún no han prohibido. Un placer de la vida que todavía no es pecado ¿O sí?
Te quiero café solo, fuerte, sin azúcar, hirviendo.
Muy buena comparación, me encanta. No se me había ocurrido pensarlo.
ResponderEliminarQue bonito el texto! No se como se te ocurrió mezclar la comida con el amor. Pero desde luego, ha quedado genial^^
ResponderEliminarEl café me gustaba. Y él tb. Ahora el café me sienta mal, y él, peor ;)
ResponderEliminarMe ha encantado. Genial, no te puedo decir más.
ResponderEliminarUn beso.
Oh, qué buena la comparación con el café, intenso :)
ResponderEliminar¡Un beso muy muy muuuy grande! <3
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bonito. Jamás se me hubiera ocurrido describir a alguien así.
ResponderEliminarTe invito a mi blog, espero que te guste: diariodemonatonken.blogspot.com.es/
Besos