Nos conocimos en verano, pero esperamos que llegase el frío para dar el paso, esa era la señal. Cuando llegó el momento supe que estaba lista, que él era el indicado, de antemano sabía quien se alegraría por mí, quien fingiría alegrarse y quien sería escéptico. Lo que no tenía claro es cuanto tiempo podría durar, ni las circunstancias que podrían presentarse, ni cuantas noches iba a pasar en vela, no obstante eso tampoco me importaba. Ahora sé que lo importante no es el tiempo que pasas con una persona, eso es solo un número, lo importante es la intensidad con la que vives cada instante y el recuerdo que queda de cada uno de ellos.
Nos cuesta creer que algo tan lindo, a veces se arruiné, un beso!
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