Nunca quiso entender a las personas que bebían cuando estaban mal, ella decía que era una forma de morir lentamente, que eso era cosa de cobardes... Porque ella masoquista como nadie repetía hasta la más cansina saciedad que pensaba vivir todo lo que tuviese que vivir y que lo haría sobria, si tenía que sufrir lo hacía, si tenía que llorar pues lloraría y si tenía que reír, reiría más de lo que debía, prometió vivir y no sobrevivir gracias a una botella, no se ahogaría en alcohol ya había visto a muchas personas morir así, demasiadas. ¿A qué se aferraba entonces? Nunca quiso decirlo, pero estoy segura que eran tazas de café solo. Respira hondo y de un trago.
Me ha gustado mucho esta entrada, no dejes de escribir, siempre leo tus textos, son preciosos. No te rindas. Un beso
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