Don't grow up

Dieciocho años, se dice pronto, con dieciocho años y sigo siendo una niña, no me siento diferente. Soy igual que ayer, sigo enamorada de lo complicado, leyendo cuentos de hadas, todavía discuto con mis amigas por trivialidades y aún creo en el amor eterno, el que no se acaba, el que no se basa en sustancias químicas. Con dieciocho años y sigo saliendo a la calle sin paraguas los días de lluvia para calarme hasta los huesos sin miedo a coger una neumonía. Una niña de dieciocho años, de letras, de kalendas de marzo. Sigo hablando demasiado porque sigo teniendo mucho que contar. Todavía creo en la magia, en la magia de los momentos,   todavía creo que se puede hacer un mundo mejor... ¿Y sabes que más creo?... Que los de letras dominaremos el mundo y los de ciencias calcularán cuando. Me siguen dando miedo los pájaros y mantengo mi idea de nadar algún día con tiburones, tengo que hacerme un tatuaje, bueno, o uno o tres, para que traigan suerte tienen que ser impares. Viajaré por todo el mundo y mi primera parada será Grecia... o Roma, no lo sé, aún no lo he decidido. Dame tiempo, solo tengo dieciocho años.