Si mis labios están hechos para ser rojos, tus ojos lo están para ser verdes
¿Hay color más bonito para una mirada?
Y si tu camisa no está en el suelo cuando despierte no tendré nada que ponerme cuando me levante de la cama y vague hasta la cocina en busca de un buen café. Y te miro intercalando sorbos lentos, pienso en fumarme un cigarrillo pero sé cuanto odias que fume. Me quedo pensativa, este juego empieza a ser peligroso. Y después de haber recorrido sin frenos durante toda la noche la autopista de lo prohibido, estás cansado. Después de haber chocado contra la curva de mi cadera no te quedan fuerzas, tu cuerpo está siniestro total. Me marcho de puntillas, para no hacer ruido, para no despertarte. Para seguir manteniendo el secreto. Me llevo tu camisa porque no hay crimen perfecto.
Y eso son nuestros días, nos condenarán por ser dos locos, por maquillar una mentira y no saber dejar el juego a su tiempo. Nos juzgarán por tratar de romper las leyes establecidas. Presos bajo el yugo del silencio. Si la verdad nos hace libres, nosotros debemos preferir estar enjaulados. Y aunque los dos sabemos que yo soy la culpable y tú eres mi cómplice te culparán a ti, porque yo miento mejor.
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